
A tu aroma y al tango le busco la palabra precisa, cual no existiere sino esa que se llevó aquel ojos de gato a parisina nostalgia profunda. Se respira el desecho al compás de un camel casi consumido y una Quilmes que intenta saciar ese enerve que nace de aquí: mi tierra e isla de las dualidades.
Buenos Aires y el sur, ese Banfield y sus épocas que ahora solo denota modernidad, señores aun así la melancolía anda en cuatro patas y a veces en dos, entonando milongas y engatusando tangos en los barriales 40’s con un Gardelito o un Miguel Calo. Fito y su Bandeonon tratando de rehacer aquellas épocas, Nacho y su movimiento piquetero, siempre en revolución por amor a la patria, a uno mismo, por amor que se profesa en estas soledades de zombis enclaustrados de calle a calle. Me paro en la esquina de corrientes a esperarte y jamás apareces, bajo al subte y después me vuelvo al piso siete… enciendo a Armstrong y me cebo un mate, que mas da… vos seguís sin aparecer, tal vez estés en Montmartre o en el metro del D.F., y en todos esos laberintos que nos han dado las ciudades sin antes conocerlas, pero tu y yo siempre de la mano recorriéndolas, minotauro, bestia seminal, crepúsculo de mis tardes lluviosas y cafés con aroma a sexo.
…Y nunca sabré como vine a parar aquí inundado de vos, en vos, esperándote entre espumas y olores después de una buena fiesta o un rico café en la Romería, siempre encamados con tus manos posadas en la prefecta forma de mis senos jugando a navegar, jugando con Wagner y con Beethoven mientras mi sexo se abre y te siente cada vez mas adentro deseando te quedaras siempre ahí, ingresando como todo un Orfeo en busca de Eurídice. Y después a naufragar en alta mar, en esos vientos y grises olas que te envuelven en locura. Mira vos a milenios del tiempo y la Grecia sigue teniendo historia aunque Atenas esté hecha pedazos. ¡La modernidad! que le vamos hacer. Pero aun están esas casitas en las que se puede vivir en paz bebiendo, fumando pipa, escribiendo y escuchando la buena música que se sigue produciendo, aun se puede hacer el amor, aun el lecho puede hacer amor a ambos, viste… el caracol terciopelo lanza su sonido, que digo su sonido, sino su llamado.
Buenos Aires en tiempo de desecho se levanta en tristes tonadas buscando la aurora, las conversaciones se hacen largas cada noche, siempre hablamos de Cortázar en honor a Zahira quien sabe que te escudriño en cada línea de esta gran ciudad y cuando hablamos de Pessoa que el tiempo me trague porque ya no doy mas, todo se entreteje y salgo a caminar de noche por este mapa de espejos, por estas luces que nunca duermen, solo camino con un faso en la mano y divago, me pierdo, siempre me pierdo en cinemáticas imágenes de puentes, trenes y barquitos ebrios, ¡como me persigues Rimbaud! acaso te debo algo, ja! y después no pareciera suficiente, se aparece Ezra y Keats y de punta la Pizarnick, que mas da, Adonai, quieres que culpe a la Signora Luna por esto, ¡decídmelo! porque yo ya no se si quedarme sentada en el café bebiéndome aquel gusto italiano o exiliarme de todos lados hasta llegar a Islandia. Necesito un barquito y a mi timonel, me banco lo que venga pero siempre en esa danza nocturna de sonidos árabes envuelta en bacanales, Adonai, solo somos poetas, no te culpo que temas a Buenos Aires porque te vas cagar de miedo cuando estés en el.
… Y el vals comienza a sonar y el tren enciende maquina, no es el buque, ahora lo se, a navegar entre sueños y vías… ya no quiero partir…. ya no…
Ariana
Bs. As. 22/09/05
1 ummæli:
Buenos Aires que siempre será un laberinto, que siempre será una herida abierta que no sanará hasta que le dé personalmente el pésame, que se burla de mi jugando a ser París.
"Cortázar, volvé, qué te cuesta"
parece decir aquel grafitti que parece volver él mismo de otro lado, llamar desde otra distancia, a cobro revertido.
Tantas cosas para una ciudad que sólo he visto en sueños, donde habita el Minotauro.
Skrifa ummæli