Sýnir færslur með efnisorðinu Mares. Sýna allar færslur
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2. mar. 2007

V. De lo que descubre Papel

El peñasco alumbrado por la luna. Papel se embalsama de tierra negra, tira semillas al mar – ¡Endura! guíame al enigma, hoy me bautizo Papel, el sirviente de cachalota- fuertes corrientes ventosas papalotean a este gavetero hasta tirarlo a la arena, cerca del riachuelo casi desembocando en el mar. Papel levanta la cabeza


que hacen una relación a la fecundación simbolizando una ballena asesinada como rito al renacimiento y la fertilidad de los mares, se dice que estos marineros aprendieron la canción en un texto escrito en una lengua desconocida, ilustrado con acuarelas fascinantes e incomprensibles de plantas y constelaciones que no existen, asentamiento de mujeres desnudas en extrañas cisternas. Los estudiosos asignan la relación al manuscrito Voynich que hace 500 años se extravió y siempre fue un mito y tradición entre los marineros.

2007, Pravda, Rusia.


Una vez informado, Papel deduce que está en la isla correcta, sin embargo no entiende cómo se pudo conservar veinte años, una nota periodística del año 2007. Comienza a correr, pero el peso de los artefactos lo hace tropezar en el río. Un rostro verde de mujer, una cabeza de papel. Un barquito, Papel montado. Papel en el centro del mar. Papel en la arena morada.

- No sé cuanto tiempo ha pasado y no puedo irme de aquí-

Papel se adentra a la isla y siguiendo los destellos de la luna va. El barquito se aleja. Una ballena. El barquito ya no está. “Había una vez un barco chiquito”, nuevamente una voz femenina que distrae a Papel y comienza a tratar de localizar de donde proviene, aunque cansado el gavetero por el peso, apresura el paso. Un resplandor, un aura, una mujer desnuda.



Tejido y lanzado por estos tiempos en aquellos espacios

13. feb. 2007

IV
De lo que aconteció al marinero al encontar un manuscrito llamado Voynichés

Al amanecer, el marinero emprende viaje a lo oculto de la isla, en busca de un libro del siglo XVI, que según la tradición de los gaveteros, quien lo encuentre en una isla de arena morada, podrá obtener un conocimiento pleno del hombre y mucha riqueza, motivo segundo el cual lo lleva a su misión.
Tres horas tiene recorriendo la isla sin encontrar rastro de animales ni frutos, pero sí una cantidad de especies herbarias. Una gran roca llama su visión al observar un grabado de un ojo con la palabra AIN (sí, sí... hay que decirle al lector que en ebreo significa los que el marinero vé y con lo que vé) éste, al no tener conocimiento de nada, pero al ver algo extraño comienza a escabar. Finalmente entre hojas de palma encuentra envuelto el manuscrito en pergaminos.

Un pergamino cae del libro, parece ser el folio 68 recto y 69 vuelto, una ilustración muestra una estrella que parece explotar. Su mano empuña el folio. El marinero corre agitado a la orilla del mar y busca desesperadamente oro dentro del manuscrito, se percata que la isla comienza a oscurecer a pesar de que su reloj de pulso marca las 14 hrs.


Un peldaño, el marinero, la mirada hacia el mar en busca de un barco. Él, hincado, entierra sus uñas en la sien, su largo cabello y barbas son arrancadas. Se escucha un canto de mujer "había una vez..."







Tejido y lanzado por estos tiempos en aquellos espacios


III

Alga, mujer cachalote


Un barco de madera. El río NEVA en su desembocadura. Un sloganrestructurar el fantasma que recorre Europa, uníos!" se logra captar en la proa, mientras en el camarote, una mujer vieja escribe en el espejo "todas las cosas contienen en sí mismas contradicciones internas, las cuales, son la causa principal del movimiento y el desarrollo del mundo".

Da un sorbo a una botella verde, comienza a cantar "NO era Aquí sino en NûN donde te cazé la primera vez, no era aquí donde te monté para rejuvenecer"


El marino, extrañado de escucharla cantar eso, bajó a contarle del primer barco que llegó a San Petersburgo y de cómo los marineros que desembarcaron esa noche, comenzaron con ese canto, un duelo con los marineros residentes que sólo sabían "el barco chiquito".


Quiero hacer notar que el narrador le adjudica ésta rima mexicana o española (ya ni sé el origen) a los rusos, sin afán de buscar verosimilitud. Así que ya me cayó y que continúe la historia.


La mujer encantada con la narración, le pide al marinero cambie de dirección y cante a cuatro vientos esa canción de nunca acabar. Y así fue.



La noche envuelve una franja roja, el mar se agita y parece sufrir una crisis energética. Un resplandor. Un río, Una mujer joven y desnuda es acaparada por un organismo autótrofo.


De CECILIA unos brazos avienta a la mar la mujer vieja. Se escucha una emisión de voz -"esa fue la parte que te olvide contar, del marinero que ganaba en el duelo, lo siento"-


Una soga, arena morada, agua. Un marinero baja con navaja en boca. CECILIA lejos de la isla, parece hundirse, sólo lleva un pasajero dentro.











Tejido y lanzado por estos tiempos en aquellos espacios

9. feb. 2007

II

Un cuento corto en bricolaje.
De lo que le aconteció en El Vacío a Papel

-Siete meses navegaré y en cuatro vientos me encontraré direccionado hacia la mezcla y raíz de lo oculto- una estrella fugaz en el cielo – Y voy a empezar a contar mientras el capitán Ahab logra su acrobacia asesina a la ballena- un rostro con la piel pálida, los ojos cerrados y los labios morados, el cabello medusa en las aguas, un canto “había una vez…” – cuento que…- distraído por el canto, busca en el cielo, la capa estelar se ilumina –había una vez un barco chiquito- el resplandor es tal, que Papel queda ciego antes de lograr capturar la imagen que pasó por el manto estelar, un hecho es que era grande, parecía meteorito. La iluminación de la isla se vuelve tenue pero muy clara, dicen que se llama luna lo que marca las formas de esa oscuridad.

Interrumpo para anunciarle que el narrador pareciera mentir porque Papel no tiene ojos, sí ve, pero no tiene ojos, sí se queda ciego, pero no tiene ojos. Al perder este sentido, cae mareado y despierta con la intención de subir al barquito, sin embargo, un espiral acuoso no le permite avanzar, las reiletas marítimas terminan por escupirlo nuevamente a la arena. Un poco mojado y sin posibilidad de sol, Papel comienza a caminar por la isla hasta llegar a un riachuelo.

Una botella. Una mano destapando el corcho. Una hoja en la arena:

VEINTITRES AÑOS DESAPARECIDA. UN MISTERIO, DICEN QUE AÚN VIVE.

En el año de 1984, CECILIA zarpó de San Petersburgo con la finalidad de mostrar uno de los barcos más antiguos de Rusia. Sin rumbo, navegó con una tripulación de cuatro personas: el capitán, un marinero, un cocinero y una mujer de extraña belleza a quien se le dedicó este barco. Esto último pareciera parte de una leyenda, sin embargo esa mujer de una edad casi prehistórica era un enigma para este país. Desde entonces, CECILIA jamás apareció y no se conoce el paradero.

La energía eólica fue un factor determinante para esta desaparición, además del calentamiento de las aguas provocando un huracán interno en el océano. Hoy 2007 no se conoce rastro de este suceso y según algunos científicos afirman que en esas fechas hubo una creación de isla hacia la parte sur del mundo, nos preguntamos ¿Dónde se ubica tal señalización? la respuesta la reducen a “NO era Aquí” que hace referencia a una canción entre marineros


El trozo de hoja no pudo evidenciar más, ni la fuente periodística ni el final de la nota, por lo que Papel se alegró al tocar la hoja y descubrir que podía leer a pesar de estar ciego, comprobó que era real lo que captaba de la información, sin darle mucha importancia. Siguió el arroyo cuesta abajo.
Una mano empuña el trozo de hoja.

Un pie sobre el verde de una roca, apariencia de madera, madera musgosa que Papel toma y la guarda en el bolso; su olfato lo lleva a un rincón rocoso en el que encuentra una bandera rusa. Papel, sin entender mucho sube a las rocas y todo el material comienza a pegarlo con hierbas a su cuerpo.

Una especie plagada de artefactos en su cuerpo, sobre un montículo abre los brazos y mira al mar.































Tejido y lanzado por estos tiempos en aquellos espacios.

8. feb. 2007


I

Cuatro vientos y el gavetero que se hace llamar Papel


Había una vez un barco chiquito, había una vez una barco chiquito,tan chiquito, tan chiquito que no podía, que no podía, que no podía navegar.
Pasaron una, dos, tres, cuarto, cinco, seis, siete semanas; pasaron una, dos, tres, cuarto, cinco, seis, siete semanas; y el barquito , y el barquito no podía, no podía, no podía todavía navegar.
Un cuerpo de mujer inundado de algas y la rima infantil enredada de ecos en el viento que sopla a babor, -Yo soy gavetero señores y cuido de tres velas- más que gavetero pareciera pescador y exiliado marino, actualmente residente de la isla Verne -Yo cuido de velas y no es mi profesión asesinar sirenas- guiado por la gaveta голубо arrivó al paredero El Vacío en el que pasó 23 días -navego solo porque siempre soy otro- una luz apagó las estrellas de su espacio sideral.
Pareciera un preámbulo de la historia fantástica de un marinero común que naufraga, lo que usted no sabe lector (por que no se lo he informado) es que él es de papel y con honra porta de ese hacerse nombrar. Navega por mares verdaderos en un barquito de su mismo material, en dirección de los cuatro vientos que amalgaman su brújula. Este primer viento lo ha dejado en El Vacío, lugar de voces cantáticas femeninas, ya perdidas, donde la arena es púrpura con brillos plateados y la selva musgosa, negra,y ausencia de luz.
Una mano empuña un remo, la prótesis exacta del cojo barquito -No busco nada, las aguas me revelan lo que quiero saber y lo que no también- un pie sobre la arena, un cangrejo se apresura para sobrevivir del pisotón -ligero soy y nunca navego bajo la misma dirección- un canto distrajo al gavetero Papel -siete semanas navegaré- un puño deja caer arena sobre las aguas.

6. des. 2006


Naúfrago

atado y escupido por la mar,
inserto en barcos
azul el naúfrago
encontró rojas las miradas
mutiladas las sonrisas
y bebidas azarosas.

Naúfrago
galáctico viajero que ha padecido
en cuervo te has convertido
el graznido le arrebató la celula al fondo marítimo
yacen empalados y entumidos
los seres de la arena.
Naúfrago
extranjero naciste, naúfrago te reconociste
las huellas se han borrado
la crusificción ha llegado

Varar la batalla y encallarla
¡Naúfrago ha de ser tu estar del mundo!

10. jún. 2006

La balsa de los azules


en que
del que

Canto convirtió insecto,
así la muerte en invierno

resplandores y no en una mente sin recuerdos

azules qu´en balsa ahogan petrificadas ballenas



anonimos enmascarados, ficciones embalsadas

Prometeico develador de fósiles y remolinos engatuzados


...y la muerte en invierno no cura cancer


no brinda cobija
el dolor es caja de Pandora

...y así los azules reman enterrando insectos
convirtirtiendo al humano en cordero.




La balsa reafirma el anonimanto en la que azules cagan.
Firma
La Princesa de los cristales azules